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A RTVE le costará más de 355 millones en cuatro años haberse deshecho de sus veteranos

Andrés Aberasturi Andrés Aberasturi

El ERE que puso en marcha RTVE en el 2006 supuso la salida de 4.150 trabajadores mayores de 52 años, muchos de ellos periodistas. Con la aplicación de este expediente la cadena pública no sólo perdió grandes profesionales de la talla de Rosa María Calaf, sino que además pierde dinero. RTVE gastará 355,1 millones de euros en cuatro años en pagar prejubilaciones si sumamos el acumulado de 2010 hasta 2014...

La partida prevista en los presupuestos generales del Estado en 2014 para el pago de las liquidaciones es de 31 millones de euros. En 2013 ha sido de 73,9 millones, en 2012 de 73 millones, en 2011 de 82,9 millones y en 2010 fue de 94,3 millones.   Los prejubilados de RTVE reciben el 92% de su salario hasta el día de su jubilación. De manera que la cadena pública se ‘ahorra’ tan solo un 8% de estos salarios a cambio de haber arrojado a la calle a sus veteranos, a aquellos que enriquecían la radiotelevisión pública.

Una estrategia sin mucho sentido, puesto que además en estos años RTVE ha dedicado una buena parte de sus presupuestos a contratar productoras que nutrían de contenidos su televisión.   RTVE ha pecado de lo que pecan últimamente la mayoría de los medios, de no haber sabido valorar su bien más preciado, sus trabajadores.

En los últimos años hemos asistido a un desmembramiento de los grandes medios, como por ejemplo Vocento, Prisa, Unidad Editorial, las más importantes empresas editoras que han aplicado ERE bestiales y consecuentemente han sufrido una caída en picado de la calidad. No por falta de profesionalidad, pero sí por falta de manos.  

‘Cuando nos creíamos ricos y todo nos iba bien gastábamos en comprar edificios y ahora lo lamentamos en época de vacas flacas’ me decía Javier Valenzuela, ex subdirector de El País, mientras me enseñaba cómo se trabajaba en el corazón del periódico, momentos previos a una entrevista.

Ahora El País, que ha tenido que arrendar algunas propiedades, ha prescindido tanto de Javier Valenzuela como de otros profesionales. Está claro que las editoras no han sabido ahorrar y encontrar una fórmula de supervivencia eficaz de cara al futuro y que RTVE no ha sabido gastar bien el dinero ni encontrar un modelo acorde con una televisión pública de su talla.   La situación de RTVE roza lo absurdo, ha jubilado a profesionales en su plenitud profesional y además esto le está costando una buena suma de dinero.

Hace unos años asistí a una rueda de prensa en la APM convocada por algunos afectados por el ERE de la pública como Sebastián Álvaro, Quique Guasch, Emiliano de Pedraza y Andrés Aberasturi, y recuerdo que este último tachaba precisamente de ‘absurdo’ que la pública pretendiese que una persona jubilada a los 50 años no trabajase durante los 15 años que le restaban hasta su jubilación.

'Mientras viva quiero seguir siendo periodista' dijo Aberasturi, a quien en ese momento, al igual que a sus compañeros, le habían dejado de pagar la prejubilación por estar colaborando en otro medio, en este caso Veo 7, donde según él colaboraba por placer y no a cambio de una compensación económica.  

RTVE construyó marcas, como la de Rosa María Calaf, Andrés Aberasturi, Sebastián Álvaro, Quique Guasch y Emiliano de Pedraza, entre otros, para después deshacerse de ellas y desaprovechar así un talento que podría seguir enriqueciendo la cadena pública y sentando las bases de las nuevas generaciones.      

Débora Ramírez (Periodistas por el Mundo, España)

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